viernes, 16 de septiembre de 2011

La Casa del Río y su jammin' infinito: bitácora del campamento libertario (primera noche y resto de días))







...entonces, en el transcurso de la noche, y luego de cenar, prendimos una fogata y sacamos algunos instrumentos para ir amenizando la velada. Lucho trajo el 'Coco Loco', Patricio la guitarra, y el resto las voces. Al iniciar la velada, Manola realizó un ritual de relajación y meditación alrededor del fuego. Allí muchos intentamos conectarnos un poco más con nuestro entorno y hacer una introspección personal. Luego de algunos minutos y mientras escuchábamos el fuego arder, compartimos voluntariamente las experiencias.

De allí en adelante nos pasamos la noche entonando canciones, riendo y recibiendo a los afuereños que de a poco se iban integrando. Al finalizar la noche se unieron: Óscar, Lucy, Isabel, Fer, Gaby, Daniela, Vicente y Luc.

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Al amanecer del sábado éramos casi veinte almas y personajes los que desayunábamos en la muy acogedora cocina de la Casa del Río. Mientras nos servimos el desayuno reorganizamos el cronograma de actividades debido a que la gente del recinto nos solicitó ayudar con la animación de los juegos por la mañana. Entonces se suscitaron algunas actividades que preparar antes de partir, así que algunos nos pusimos a definir esta situación, otros a preparar los materiales, y, mientras tanto, Manola hizo un ritual de sanación al borde del río (disculpe si no se llama así el ritual, Manola) en el que participó Luis, Camila y Luly. En el futuro participaremos más personas seguro.

Una vez que ya nos pusimos a punto, nos encaminamos a compartir el inicio de las fiestas en la cancha del recinto. Allí participamos activamente en la organización de juegos tradicionales (trompos, volley, cascaritas) así como en juegos para divertir a los más inocentes (el gato y el ratón, el español/amazónico). Como a las primeras horas de la mañana arribaron 4 talleristas más (Virucha, Renato, Jose y Nataly) con quienes también se participó en los juegos.


















Como a eso del medio día, don Lucho sacó su trombón y representado un bufón, nos hizo marchar (ichi! señales señales) al son de cumbias, rondadas, marchas, música nacional y más. (Muchísimas gracias Daisy, Lucho, Lupita y Vicente -deja el vicio del trompo oe, jajaja-. De verdad se pasaron). Luego, y como estaba previsto, compartimos el almuerzo apoyando a las ventas del recinto y degustando unos sabrosos secos de carne, gallina, chicha y más.

Alrededor de las 15h00 retornamos a La Casa del Río. Allí nos fuimos de caminata al Río Piedra Podrida, toditos, a tomar un baño refrescante, conversar...a reir (pásese la foto Adri). Una hora más tarde, decidimos ir a la Cascada Cocodrilo para bautizarla oficialmente. Entre chapoteo y chapoteo, unos tomaban sol, otros optaron por sentar raíces bajo el chorro, otros por pararse en el único lugar donde no tenían que nadar, y bueeee. Como a los 30 minutos, arribó David, 'Pichón', y una vez que empezó a caer la tarde, juntamos unos cuántos centavos y con una caña se realizó el bautizo oficial de la Cascada Cocodrilo / de los Lagartos (falta un detalle entre los panas para que se pongan de acuerdo y mandar a tallar el nombre).

Luego de este baño recuperador fuimos a recoger a las dos últimas talleristas (Mafer y Keika) a la Abundancia/10 de Agosto/...por la carretera!!!. Y regresamos a La Casa del Río para ir a cambiar, cenar, acicalarnos y prepararnos para participar en la fiesta del recinto, que comenzaría a las 20h00. Así pues y gracias al apoyo de la Comisión de Alimentos, degustamos nuestra última cena con alegría, al son del tasz tazs taszsz, al calor de las canciones populares (gracias Vicente y Lucho) y compartiendo un preparado de maracuyá muy sabroso.

Con las mismas energías nos encaminamos a la cancha y compartimos la velada con ellos, bailando, haciendo el trencito, el túnel, jugando con los infantes, etc. Tuvimos la grata y sorpresiva compañía de Martín quien trajo más unión al grupo con su jovial personalidad. Un derroche de energía y algarabía, alumbrados todos por los rayos lunares y canciones del gusto popular. De madrugada fuimos retornando de a poco a La Casa del Río. Este es un resumen fotográfico de la noche:




A la mañana siguiente, y con un sol increíblemente intenso, desayunamos, arreglamos el campamento y algunos partimos en caminata a la Cascada Cocodrilo. Otros prefirieron descansar para empreder el viaje de retorno luego.

El baño en la Cascada, significaría el punto final del campamento libertario, así que disfrutamos toda la mañana allí. Fotografías, intercambio de números, despedidas, trampolines, más fotos, más chapoteos, más conversaciones...en fin, un poco de nostalgia por los días compartidos, pero alegres por dar un paso más en la construcción de esta realidad.

Muchísimas gracias ecoescuela.

Nos vemos en un mes!!



"Mejor pon tus manos debajo de las mías para ahorrar agua, porque las mías son más chiquitas"

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